Saturday, August 02, 2008

Yo argentino

La situación de la institucionalidad argentina ha tenido su mejor expresión en estos días y la democracia nos ha demostrado que tenemos que respetar la ley y los procesos normativos que conlleva. Pese a las reticencias de algunos y las antipatías de otros, es este nuestro sistema de gobernancia y no otro, del que mas acepción tuvo -entre todos los que estuvieron en vigencia, y los que se propusieron y parecieron ilusionar a mas de uno...- desde la antigua Grecia...

LA LEY es la que rige al ESTADO y el mismo a la FAMILIA de sus ciudadanos... Desde el "favores por votos" de Auyero hasta el "Vale Todo" de Hadadd...

Desde mi perspectiva como militante y mi condición de CIUDADANO (que es la que mas prevalece) presenciamos a la DEMOCRACIA en todo su esplendor, con sus bajezas y grandezas, con la expresión del pueblo y con sus instituciones buscando contener dentro de un clima que mantuvo a un país en vilo...

Gracias a mi experiencia en el campo y mi formación como futuro economista puedo vislumbrar un escenario de lo que puede a llegar a ser nuestro probable futuro, así también como gracias a mi experiencia dentro de la militancia del partido con mayor representatividad en la historia de la República Argentina como también mi formación a temas relacionados con la misma militancia y mi formación como futuro economista puedo vislumbrar otros rumbos, pero… ¿es esto lo que quiero manifestar hoy?

Si todavía no he podido ver la expresión en lo más chico (como es el caso de una ley que atañe al futuro de nuestro jóvenes que son el futuro de nuestra Nación) y la reestructuración de redes clientelares en lo mas bajo de las comunidades locales llegando a las provinciales y luego a la nacionales –creyendo tener la representación pero alejados de las verdaderas necesidades de nuestros adolescentes-, ¿cómo puedo manifestar lo que estoy sintiendo hoy?

Es por ello, amigo lector, que voy a presentar lo que escrito muchos años atrás de lo que es el aparato político y luego a partir de allí (solo a partir de allí, una visión de lo que era la Argentina en el 2003), en ediciones posteriores, podré exponer algunas consecuencias a nivel local.

Dicha presentación fue para un Seminario dentro de de las materias correspondientes a la carrera de Economía Industrial en la Universidad Nacional de General Sarmiento y presentadas a numerosos estudiantes y profesores para observar las críticas presentadas al correspondiente informe. Es por ello que se los presento en el día de la fecha para todos aquellos que tengan una visión similar y poder, a partir de allí, construir una alternativa para los adolescentes y niños de nuestra nación, como así también para todos aquellos que estén totalmente o parcialmente disconforme con las presentes aseveraciones y poder, a partir de allí, establecer cuales son los pasos a seguir para que se cumpla la ley…

Seminario IV Reformulaciones al trabajo presentado:

La nueva organización social

Por Exequiel Alagastino[1]

Introducción

Ante las tendencias en lo referente a las metodologías a implementar en las organizaciones de base podemos inferir que la situación argentina es especial en cuanto a costumbres y raigambres institucionales que hacen de esta cuestión un entorno dificultoso a la hora de aplicar una acción efectiva. Podemos mencionar que la estructura consolidada de la política más allá de los clientelismos y patriarcados, constituye un verdadero desafío cuando se quiere desarrollar una verdadera acción de base, respetando las culturas generadas por ella y sus vínculos con el entorno circundante.

Como punto de partida y como hecho disparador de esta idea está la gran crisis institucional a finales del 2001 que ha sufrido la Argentina y que parecía quebrantar el contrato social[2], esto motivó a la corriente académica a elaborar numerosas investigaciones y sugerir una diversidad de políticas a implementar. Durante este período las organizaciones barriales generaron un sinnúmero de alternativas para paliar la crisis social que, luego de que el gobierno implementara una política de contención, ha generado un espectro clientelar nuevo en el actual entorno social.

Si bien es digno tener presente la importancia que adquieren hoy las organizaciones comunitarias, ante la menor presencia de sindicatos y partidos políticos, en sostener la tradición de acción colectiva, así como en contrarrestar la inseguridad económica y desamparo social, lo es también tener en cuenta que el Estado en sus estertores trata de mantener alguna de las hegemonías patriarcales el antiguo sistema benefactor, creando una red invisible de mecanismos articulados que hacen que cualquier atisbo de acción social generado por la nueva organización social sea visto como consecuencia de alguna acción deliberada por parte del éste.

En el presente artículo desarrollaremos sobre las diversas obstrucciones que tiene cualquier organización frente al “aparato”[3] político, como “Las redes clientelares viven una vida en la objetividad del primer orden en tanto distribución de bienes y servicios a cambio de lealtades políticas, apoyo y votos; y en la objetividad del segundo orden las redes clientelares existen como esquemas de apreciación, percepción y acción (no solo política) en las estructuras mentales de los sujetos involucrados en esas relaciones de intercambio.”[4]

Así, el nuevo contexto generado por las políticas de reforma institucional en la Argentina genera un nuevo marco institucional en el país, motivo por el cual se pasará a detallar algunas de las implicancias que generó dentro de las organizaciones de base, y como éstas buscan conformar otras metas que no fueron las que le dieron origen y tergiversando su espíritu colectivo fundador. También, cabe destacar que no toda la población desea tener una expresa participación en los quehaceres organizacionales y sociales y, como éstas personas motivadas por diversas razones que nos sería imposible enumerarlas, nos evocaremos a aquellas circunstancias de índole político-partidaria que se ha podido evidenciar como parte de la investigación para el presente artículo.

La nueva estructura política

“Gran parte de los debates sobre la “cuestión social” actual giran en torno de los efectos perversos de este proceso de mutación estructural. Más aún, la “nueva cuestión social” ha sido ampliamente tematizada en las sociedades avanzadas del centro, pese a que sus consecuencias han sido notoriamente más desestructurantes en la periferia globalizada que en los países del centro altamente desarrollado, en donde los dispositivos de control público y los mecanismos de regulación social suelen ser más sólidos, así como más amplios los márgenes de acción política.” [5]

El entramado político en la República Argentina es demasiado complejo para sintetizarlo en algunas palabras. Es así que aquí sólo haremos mención de algunas cuestiones que nos son útiles para llevar a cabo nuestra finalidad, que es la de tener en cuenta un entorno político-social como el argentino.

A fines de 1982, Guillermo O´Donnell publicó Micro y Macro, un análisis de la vida cotidiana durante la dictadura. El politólogo describe el comportamiento de la sociedad civil bajo un régimen de terror, y apunta la estrategia de supervivencia que habían adoptado los argentinos que convivían con ese sistema. O’Donnell señala, además, el colaboracionismo de amplios sectores civiles; ello sugiere una especie de lógica predominante en aquellas organizaciones que deseen proseguir con su misión de tener algún grado de connivencia con el poder de turno. Con el retorno de la democracia los mecanismos de las organizaciones de base se convirtieron en nuevos reductos de poder que favorecieron el entramado organizacional urbano en el proceso de urbanización, como así también favorecieron a sus conductores poder capitalizar sus gestiones para así saltar al campo de la política partidaria.

Con el proceso de Convertibilidad en la década del noventa las organizaciones de base se debilitaron en el protagonismo local a nivel barrial, las obras estaban dirigidas por el gobierno (ya sea local o nacional) a generar atractivos para la inversión de índole privada y así, paulatinamente el Estado se ha ido desarticulando encontrándose en limitadas condiciones de actuar eficazmente en el desarrollo de los medios de producción y la atención de las necesidades sociales básicas. En este período el autoritarismo, la desindustrialización, el endeudamiento externo, la brusca entrada a la globalización y la venta de patrimonio estatal fracturaron paradigmas base de los argentinos: la movilidad social basada en la cultura del trabajo (como propugnaron los sindicatos antes de la dictadura) y el respaldo de un Estado vertebrador en la Nación.

Ya entrado en el nuevo milenio las crecientes necesidades de la población comienzan a despertarse en nuevas formas de protesta y los sectores excluidos comienzan a manifestar una nueva organización social. Situación que se expande con distintas características al resto de los países de la región “Los países latinoamericanos toman vida desde abajo, pero todavía son incapaces de transformarse políticamente para vincular demandas sociales con perspectivas internacionales”[6]

A fines del 2001 en la Argentina irrumpe una crisis de singulares características y a partir de allí nuevamente las organizaciones de base resurgieron como respuesta ante la falta de un control por parte de aquellas instituciones que tienen poder dentro del marco institucional en ese período (dentro de este marco conceptual podemos hacer mención, a modo de ejemplo, de los sindicatos, fracturado deliberadamente por el Estado, y aquellos sectores con preponderancia en la formación de opinión de la sociedad que estaban bajo sospecha de connivencia con el poder de turno). Las asambleas barriales proliferaron en casi todos los lugares de la Argentina y a partir de allí se comenzó a investigar sobre la administración del Estado, destacando:

· Por cada peso que se gasta, hay un peso que no se recauda.

· Cada cuatro minutos hay un nuevo desempleado en la Argentina

· Los argentinos trabajan desde el 1 de enero hasta el 8 de marzo cada año, para pagar sus impuestos nacionales

· La Administración Central, que cuenta con el 50% del presupuesto, emplea a mas de las tres cuartas partes del personal del Estado

· La dotación de las instituciones de Seguridad Social es del 2% del total, pero estas entidades absorben un 44% del presupuesto

· El Estado gasta 20 veces más en pagar los intereses de la deuda externa que en incentivar la industria y el trabajo de los argentinos

· Entre 1991 y 2000, la deuda externa trepó de US$ 61334 millones a US$ 147667 millones: 140% de aumento

· El gasto público argentino se incrementó un 41% en el período 1990-99

· En 2001, el nivel de déficit presupuestario en la Ley de Presupuesto Nacional se ubicó cerca de los US$ 7000 millones[7]

El nuevo contexto social generado invitaba a toda la población a participar identificando algunos puntos como problemas constitutivos del gasto público oculto:

· La falta de una cultura de control y de transparencia

· La falta de transparencia del financiamiento político

· El desvío de recursos de programas públicos con fines electorales

· La utilización de cargos públicos para el fortalecimiento de la política

· La necesidad de hacer viable el derecho de los ciudadanos a acceder a la información pública

· La necesidad de participación en la asignación del gasto público

· La necesidad de monitoreo de las campañas

· La ineficiencia del gasto público[8]

La necesidad imperante luego de la crisis era mantener un control por parte del Estado, es decir, recuperar el poder[9] perdido. Surgen nuevos planes de contención social y aquellas organizaciones sociales que más tiempo perduraron comenzaron a profesionalizarse y a modificar su estructura que le dio origen. El poder político busca cooptar estas nuevas formas de organización tomando parte de sus misiones y razones de ser de las organizaciones como parte de sus discursos, en el mejor de los casos; en otros, simplemente teniendo el control sobre su cúpula jerárquica[10].

Una vez sobrellevada la crisis social se entra en una crisis política donde se buscaba con todo fervor una imagen de autoridad, las nuevas coaliciones políticas responden más a una verticalidad y el consenso es pasado por alto como excusa de la crisis que fue parte del pasado “Aunque todos los hombres, cuando por naturaleza están presentes desean participar en el gobierno, en los casos que no pueden estar presentes propenden, también por naturaleza, a encomendar el gobierno de sus intereses comunes mas bien a una forma monárquica que a una forma popular de gobierno”[11]

La nueva estructura social

Según datos del INDEC del año 2003:

1) el 57.7 por ciento de los argentinos por debajo de la línea de pobreza y al 27.7 en la indigencia.

2) El plan Jefes y Jefas de Hogar alcanzó, en enero de ese año, a más de 1.900.000 personas. El 87 por ciento de los 4224 millones de pesos que durante ese año destinó el Estado a subsidios correspondió a asistencia monetaria directa.

3) La asistencia alimentaria directa no supera el 13 por ciento de ese presupuesto, cuando el 27.7 por ciento de la población no alcanza a cubrir la canasta básica familiar.

4) Alrededor de 500.000 personas mayores de 70 años no tienen cobertura previsional, mientras que los menores de 25 años enfrentan un desempleo del 17.8%.

“Los crecientes niveles de desempleo y privación material hacen que el intercambio de favores, bienes y servicios por apoyo político y votos vuelve a adquirir una fuerza mayor que había perdido”[12]. Uno de los principales programas, el Programa “Jefes de Hogar” conjuntamente con otro programa aplicado por el Estado para la contención social como es el de “Manzaneras” crea un verdadero “ejercito de reserva” pero esta vez no aplicado a una fuerza potencial de trabajadores dispuestos a formar parte del mundo laboral, sino esta vez a un mercado político procurando tener el control sobre toda organización que quiera ocupar un espacio dentro del actual contexto.

Esta parte de la población, es decir, aquellas personas que activamente participan en el desarrollo político social del tercer cordón urbano de la provincia de Buenos Aires están constantemente buscando información sobre los nuevos programas de contención social que realiza el Estado y para ello “trabajan” en relación con algún personal político que les facilita trámites y accesos a diversos programas a cambio de lealtad y militancia, ellos a su vez les facilitan el acceso en aquellos barrios donde es muy difícil ingresar, como así también reclutando personas que puedan concurrir a actos políticos.[13]

El municipio, a través de sus secretarías, direcciones y aquellas dependencias descentralizadas (como lo son los centros de salud locales y las delegaciones, por solo citar algunas de estas estructuras) a nivel local funciona como base de asentamiento para las distintas agrupaciones que participaron en la contienda electoral y cada una de estas posiciones dentro del organigrama responden en lo formal a una sola dirección (la que el intendente ha designado bajo una secretaría), pero en lo informal responden a un referente político quien es el que verdaderamente delinea una estrategia afín a sus apetencias políticas.[14] Por solo mencionar un caso emblemático en la gobernación de la provincia de Buenos Aires existe en la actualidad decenas de piqueteros de distintas ramas originarias que forman parte de la estructura jerárquica gubernamental (muchos de ellos en lugares estratégicos donde pueden estructurar y afianzar mas poder. “El avance de los piqueteros amigos del Gobierno en la función pública no significó su retroceso en las calles. Por el contrario: los grupos de desocupados valen por su capacidad de movilización, más activa que nunca a la hora de reforzar objetivos oficiales”[15]

Así, la información que estructura las distintas dependencias es manejada de una manera poco eficiente y las pujas entre los diversos compartimentos hacen bastante dificultosa una gestión que busque la satisfacción del contribuyente.[16]

Esta forma de gestión ha fortalecido a algunos grupos que han podido vislumbrar una alternativa constituyendo grupos de voluntariado y asociaciones vecinales, pero la gran mayoría estaban constituidos por este ejército de reserva, con el sólo propósito de obtener alguna clase de rédito personal. Las organizaciones de base comenzaron a proliferar durante el período de emergencia institucional y si bien estos mecanismos mencionados con anterioridad no son nuevos, lo que lograron es potenciar más esta confluencia, pero al poco tiempo gran parte de ellas dejaron de funcionar; y parte del espacio que ellas ocupaban fueron siendo cedidos a personas que no estaban comprometidas con el propósito de la organización.

En la búsqueda de la coalición

Al comienzo de la constitución de una organización se trata de nuclear a un grupo de voluntarios comprometidos con la misión de la organización, hay que constituir una asamblea y para ello se tiene que convocar a algún veedor del gobierno local. La dirección encargada de las inscripciones de las organizaciones es Acción Comunitaria, y a través de esta dirección se busca identificar quien es el ideólogo –es decir, si la dirección no ha sido previamente notificada por algún dirigente. Si no hay algún personaje relevante de los conocidos que vienen trabajando con anterioridad en la zona en cuestión, se intentará introducir a algunos que la dirección tiene reservados para tal efecto.[17] Hay que tener en cuenta que en política los espacios territoriales están marcadamente identificados con algún referente y en ese caso es necesario consultar antes de tomar una decisión.

De lo detallado con anterioridad podemos observar que cualquier mecanismo de acción social que se lleve a cabo en un distrito del conurbano estará de una u otra manera, supervisada por pobladores o por algún representante del partido político imperante en el distrito. Las pequeñas organizaciones de base en el distrito trabajan mancomunadamente con acción comunitaria municipal y su vez ésta canaliza los programas de asistencia social a través de ellas. Cualquier persona necesitada de asistencia social que concurra directamente al municipio de su zona sin un nombre clave o recomendación comienza por un derrotero que lo más seguro será que lo que obtenga es frustración y cansancio. Por su parte, si va hacia el municipio con la llave de acceso podrá ver su trámite desarrollarse como así también conocer algunos de los planes de asistencia que se encuentran en vigencia y así escoger cuál es de su agrado.

En las reuniones, las primeras personas que asisten son aquellas que de alguna u otra forma se han interiorizado del propósito de la organización, comienzan comprometiéndose con el propósito y van juntando a sus allegados dentro de la organización. Esto supone que aquellas personas con un grado mayor de disponibilidad horaria y compromiso al desarrollo comunal van a ser las encargadas de generar los recursos humanos locales para el plan de acción, es de suponer que éstas personas perciben algún interés extra dentro de la organización, ya sea de prestigio y reconocimiento social o algún fin monetario para tal misión. Como los dirigentes barriales denominados punteros son los primeros en demostrar interés y compromiso a toda actividad que se realice en el barrio y a la vez son éstas personas las que movilizan una considerable cantidad de gente en poco tiempo, esto supone que la organización estará siendo asistida con personas con fuerte vocación partidaria en la realización de la misión de la organización. En efecto, el “ejercito de reserva” intenta encontrar algún hueco que lo pueda impulsar a tener un reconocimiento de preponderancia a la hora de presentar títulos frente a sus dirigentes.[18]

Así, aquellas personas movilizadas sólo con espíritu solidario y que disponen de poco tiempo y frecuentemente escasos recursos para un fin comunal son las primeras que desisten al poco tiempo debido al desgaste interno y a la hora de llegar a un consenso con el resto de las personas que están movilizadas con distintos fines dentro del mismo barrio. Por otra parte, aquellas personas en las cuales se nota una fuerte vocación y tienen facilidad a la hora de negociar con otras personas, son motivadas a seguir trabajando para la comunidad pero haciéndole saber que está en una escala jerárquica de grado inferior en el organigrama informal de la organización.

Estas coaliciones son muy frecuentes en el conurbano bonaerense, se han venido aplicando casi en forma accidental desde la crisis del 2001 y en esta época ya parece haberse establecido un modus operandi, si bien aún no hay evidencia académica de los factores que originaron realmente esta manera de actuar, existe numerosa bibliografía (Véase Favores por votos, Auyero) que hace referencia a las distintas modalidades clientelares que ha adoptado la estructura partidaria a la hora de una implementación política.

Conclusiones

A lo largo de las líneas precedentes se ha hecho un esbozo de cómo el entramado social del estrato más marginado ha ido consolidando un modo de acción ante las propuestas impartidas desde la cúspide del Estado, cabe acotar que en los municipios del conurbano estas estructuras clientelares existían ya con anterioridad, los estratos movilizados hacia los actos políticos eran oriundos de las villas miserias y de los asentamientos, lugares fácilmente localizables del municipio, pero ello se desplazó al barrio, a un complejo intercultural que logra ver con toda su magnificencia el accionar partidario dentro de las instituciones consolidadas que eran reducto de las ideas fundacionales del barrio (desde allí salieron las firmas para el extendido de la red eléctrica, el servicio telefónico, el asfalto, las veredas de los frentes, etc.) pero esta vez no presenta ideas de superación social, sino mas bien de cooptación abierta que desalienta al vecino a participar del quehacer local. Este accionar tiene fuertes raigambres en casi la totalidad del conurbano bonaerense como consecuencia de un mito popular en esta clase de sectores que sostiene que el único ascenso social en esta época es a través de la vocación política. Existen numerosos relatos que se han esparcido del boca en boca de cómo algunos dirigentes barriales o comunales han podido acumular grandes proporciones de riqueza y prestigio social en poco tiempo, como han podido algunos dirigentes pasar de la marginalidad total hasta alcanzar posiciones dentro de toda la gama política argentina a través de negociaciones “non sanctas”, como algunos dirigentes se encuentran procesados por diversos delitos y gozan de una total libertad; y de numerosas cuestiones que quizá gracias a la fantasía popular o mas bien producto de que las personas gobernantes no poseen la formación necesaria para ocupar semejantes cargos y manejar proporciones considerables de dinero del Estado con fines nunca del todo claros.

La sociedad argentina es una de las sociedades que presenta en América Latina altos índices de calidad de vida y ello es un aliciente para establecer nuevas estrategias que sean capaz de separar la política partidaria del desarrollo local de las comunidades.

La crisis desencadenada a finales del 2001 logró demostrar la recomposición social basadas en el fomento de las instituciones (como lo fueron las asambleas barriales), en un proceso de dialogo abierto a la comunidad aceptando el pluralismo de ideas. Estos mecanismos ayudaron a la población en general a conocer el funcionamiento de las instituciones locales y cómo las ideas emanadas de éstas se esparcen a la acción colectiva, y ayudó también a su vez a aquella parte de la población apática de los mecanismos regulatorios sociales se interese por ellos logrando tener una visión del contexto institucional.

El fomento a la participación comunitaria logra establecer vínculos entre los vecinos que conocen a la perfección el microclima de su comunidad, pudiendo establecer mecanismos de acción eficientes y de menor costo. Pero para ello es necesario que el mencionado ejército de reserva no logre contaminar los incipientes esbozos de una comunidad local comprometida con su entorno. La experiencia de una comunidad autoorganizada ha demostrado una férrea voluntad de creer en las instituciones, pero exigen que ellas sean competentes ante los nuevos desafíos que nos presenta la globalización.

El desafío de las estructuras partidarias es de poder plasmar las necesidades locales en un marco de acción política concreta, con objetivos mensurables y que el gobierno local se encuentre capacitado para mantener el rumbo de éstas acciones. Es menester que estas estructuras partidarias tengan un proceso de reorganización y sepa qué hacer con las viejas técnicas de acción política. Los actos y discursos demostraron tener un vacío de coherencia y para el colmo la sociedad que concurrió a escuchar esas promesas no hace nada para que se las cumpla.

Si bien la movilización popular ha sido uno de los íconos políticos en el contexto argentino hoy resulta poco convincente debido a un aparato organizado para tal fin. La espontaneidad de la movilización es la que acomoda la agenda política, no este entramado de cooptación que pretende tener adherentes pero que no tiene ideas.



[1] Alumno de la Universidad Nacional de General Sarmiento, becario de Taller de Comedores Comunitarios, ayudante de cátedra de la materia Metodología de la Investigación Social y Laboratorio Específico en Administración, Ex presidente de una ONG del Partido de Moreno, actualmente en función en la Subsecretaria de Desarrollo Social de la Municipalidad de San Miguel como encargado de una Sociedad de Fomento tomada por el municipio.

[2] El Contrato Social, como teoría política, explica el origen y propósito del estado y de los derechos humanos. La esencia de la teoría (cuya formulación más común es la propuesta por Jean Jaques Rousseau) es la siguiente: Para vivir en sociedad, los seres humanos acuerdan un contrato social implícito, que les otorga ciertos derechos a cambio de abandonar la libertad de la que dispondrían en estado de naturaleza. Siendo así, los derechos y deberes de los individuos las cláusulas del contrato social, y el estado la entidad creada para hacer cumplir con el contrato. Del mismo modo, los hombres pueden cambiar los términos del contrato si así lo desean; los derechos y deberes no son inmutables o “naturales”. Sin embargo, un mayor número de derechos implica mayores deberes y menos derechos, menos deberes.

[3] Dícese de aquella estructura consolidada en cualquier índole institucional, en donde las pujas de poder tienen que ser acordes con la visión del político de turno en cuanto a temáticas a implementar.

[4] Auyero Javier, ¿Favores por votos? Estudios sobre clientelismo político contemporáneo, Ed. Losada, 1997, (p.23)

[5] Maristella Svampa, Desde abajo, la transformación de las identidades sociales, Universidad Nacional de General Sarmiento, 2000.- Dicha cita es un buen argumento de lo que actualmente está ocurriendo en el entorno de las políticas de desarrollo social, en donde la puja interna partidaria contrarresta los actuales programas vigentes, debido al temor de perder el control sobre las organizaciones de base con que cuentan los municipios como “fieles seguidores” del gobierno municipal.

[6]: Alain Touraine, El Siglo XXI, el de las identidades, artículo publicado por la revista Foreign Affairs en Español. 2001. En este artículo hace mención al “salto de etapas” donde Lationoamerica se basa en los modelos implementados en Europa y EEUU, consecuencia de ello se produce una “dualización” de la sociedad entre la élite rica y la masa desposeída.

[7] Red Solidaria;”Mapa del Estado Argentino 2000, Poder Ejecutivo Nacional” del PNUD, Gadis, Asociación Conciencia, Grupo Sophia, INAP y Secretaria para la Modernización del Estado; e “Informe sobre el Presupuesto Nacional 2001”, Grupo Sophia y Centro de Implementación de Políticas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).

[8] Recomendaciones del taller “El financiamiento de los partidos políticos”, IV Coloquio de Políticas Públicas para el Desarrollo Sustentable, FARN.

[9] Esta palabra tomada en el sentido que le de Hobbes en su libro Leviatán: “el poder de un hombre consiste en sus medios presentes para obtener algún bien manifiesto futuro. Puede ser original o instrumental... Porque la naturaleza hizo del poder es... creciente a medida que avanza... Cualquier cualidad que hace a un hombre amado o temido de otros es poder, porque constituye un medio de tener la asistencia y el servicio de varios...”

[10] Se trata, en suma, de un profundo proceso de transformación de las asociaciones voluntarias de origen popular. Pero esta transformación no implican que abandonen su carácter representativo, ellas siguen teniendo toda una estructura de pequeños grupos de trabajo, comisiones, asambleas, consejos, formados por miembros activos, voluntarios, pero ahora ellos están engarzados, interconectados y, es preciso insistir, robustecidos en su acción, por un esqueleto burocrático que les permite funcionar eficientemente. Eso sí, la nueva estructura de las instituciones autónomas populares, combinación de voluntarismo y de burocracia, produce un espíritu, una atmósfera distinta a las que se daban cuando eran solo asociaciones voluntarias.

[11] Tomas Hobbes, Leviathán.

[12] Idem 3. (p.21)

[13] Durante la experiencia adquirida en los talleres a los comedores comunitarios (donde también participaron otras organizaciones) se pudo corroborar esta hipótesis. En estos talleres participaron alrededor de 16 organizaciones del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (de los partidos de Moreno, Jose C Paz, Malvinas Argentinas y San Miguel), donde aproximadamente el 80% de los participantes manifestaron alguna participación durante las campañas políticas.

[14] Esto se ha podido observar en la Subsecretaria de Desarrollo Social de la Municipalidad de San Miguel, donde se ha entrevistado a varias direcciones. En el caso del área de Salud se ha entrevistado a un director de un centro de Salud Periférico (barrio Trujui, San Miguel Oeste) quién manifestó no haber concluido sus estudios primarios.

[15] Tosi María Cecilia, Cincuenta piqueteros cambiaron la calle por los sillones del poder, fragmento del artículo publicado por

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