Y el límite fue el bigote morsa...
Ciclo de ilusiones y desencantos...
En donde en la mayoría de mis publicaciones iban centradas a mis experiencias en el entorno institucional de la infancia argentina y en donde esta peregrinación me ha hecho ser protagonista de numerosos hitos de la historia de la misma en este nuevo milenio...
Y en busca de avanzar en los derechos de infancia nos centramos en este año en dos objetivos: uno que perseguimos desde que nuestra primer mandataria era candidata a la presidencia, como es la designación de la figura del defensor de lso derechos del niño, y el otro, no menos importante como lo fue conocer la política intervencionista de la provincia de Buenos Aires en materia de derechos de infancia como lo fue la toma de la Fundación Felices los Niños.
Proyectos que quedaron estancados debido a las consecuencias y repercusiones políticas que pudieran tener, consecuencias de los Juegos del Trono en donde las lógicas de poder suelen diferir de los discursos hacia la tribuna...
Es así que buscamos la intercesión de un subsecretario de deporte para que nos ponga en contacto con el secretario de infancia provincial y para ello ese favor lo teníamos que pagar con otro favor ayudándolo en su campaña como precandidato. Y en estos juegos las traiciones están a flor de piel ...
Por la figura del defensor avanzamos en el Senado y volvimos a la universidad y nos dimos cuenta que su poder de influencia era igual que el nuestro, dejándonos en una posición similar a la cual comenzamos el año...
Nos reunimos con el presidente la la Comisión de Infancia de la Cámara de Diputados de la Nación y el panorama era exactamente el mismo... ¿Qué puedo hacer para hacer cumplir una ley que todos la conocen pero la inercia es la regla del juego?
De políticas y roscas...
Y van ... ¿cuántas elecciones?
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